Los dolores de espalda pueden tratase de una contractura o una lesión.
Una contractura es una afección que se genera cuando se tensan los tejidos conectivos elásticos de una zona del cuerpo e impiden el normal movimiento del área. Afecta los músculos, ligamentos, tendones y hasta la piel del cuerpo y, cuando se origina, produce rigidez e impide el movimiento usual de la zona afectada.
Por su parte, la lesión es una afección que puede involucrar los músculos, tendones, ligamentos y hasta los huesos del cuerpo. Estos pueden estirarse y hasta romperse generando una lesión.
Cuando una lesión ocurre suele manifestarse a través de la presencia de dolor en la zona afectada. Al mismo tiempo, dependiendo del tipo de lesión que se presente, puede estar acompañada de cierta inflamación y moretones.
Incluso con los síntomas del dolor de espalda bajo control mediante actividad física y la reducción del exceso de peso, es posible que necesitar un analgésico para calmar el dolor, especialmente cuando existe un deterioro en la movilidad de la articulación.
El analgésico es un tratamiento complementario para el manejo de los dolores de espalda y la artritis (1).
El Paracetamol demostró su efectividad para el alivio del dolor de espalda inespecífico o causado por la artrosis.
Para PREVENIR este tipo de dolencias es muy importante:
Elongar antes y después
de todo ejercicio físico
Evitar el estrés
excesivo
Hidratarse correctamente
siempre
Realizar una entrada
en calor previa al ejercicio
Llevar una dieta
rica y adecuada
Evitar levantar y movilizar
objetos pesados
Mejorar la postura de
la espalda al sentarse
Dormir al menos
8 horas diarias
Para ALIVIARLAS:
DESCANSAR
Es fundamental
para aliviar el dolor
EVITAR EL EJERCICIO
Así no se comprometerá
la zona dolorida
APLICAR HIELO
Para desinflamar la zona
por las primeras 48 horas
CONTACTO PROFESIONAL
En caso necesario consultar a un médico de confianza
Erguido ubicar las manos sobre la espalda baja e inclinarse levemente hacia atrás. Lentamente volver a la posición inicial.
Con la espalda sobre el piso llevar una rodilla hacia el pecho y sostenerla con ambas manos. Realizar el mismo ejercicio con la otra pierna. Finalizar llevando ambas rodillas hacia el pecho y sostener unos segundos.